Consejos para combatir el calor del verano
El verano es la época del año que más aprovechamos y en un principio, la que más nos hace disfrutar y sonreír… hasta que salimos de nuestro hogar y nos da un golpe de calor.
El mes de julio es el más caluroso del año. El agobio no es lo único que nos produce el calor, ya que la deshidratación es más peligrosa y tiene consecuencias para nuestra salud. Sería ideal poder estar cerca de una piscina o de la playa para bañarnos y refrescarnos, pero no todo el mundo tiene la misma suerte.
Por este motivo, te damos los mejores consejos para no pasar tanta calor.
Hidratación: En verano más que nunca, es fundamental mantener el cuerpo hidratado. El sudor es el mecanismo natural que tenemos para enfriar el cuerpo, por eso a más que sube la temperatura más líquido perdemos y es necesario reponerlo. Bebe cada día abundante agua aunque no tengas sed e intenta que no esté demasiado fría. No abuses de las bebidas azucaradas, gaseosas o excitantes y evita el alcohol en los momentos de calor crítico. El mejor remedio es tener una buena botella de agua fría al lado, o bien beber zumos y limonadas naturales. Las infusiones frías también son una agradable forma de hidratarnos en verano.
El sol: En las horas centrales del día protégete del sol: busca la sombra, cúbrete la cabeza y no realices excesivo ejercicio. Si vas a practicar deporte el mejor momento son las primeras horas de la mañana o al caer el sol. Si a pesar de ello decides realizar una actividad física intensiva al aire libre en las horas de más calor, extrema las precauciones: refréscate a la sombra de vez en cuando y abandona la actividad a los primeros síntomas de mareo o dolor de cabeza y sobretodo no realices esas actividades en soledad, busca siempre un amigo. Si el calor es muy fuerte puedes colocarte un pañuelo húmedo entre la cabeza, el sombrero o gorra.
Ropa: Para poder ponerle tu mejor cara al calor deberás sentirte lo más cómodo posible. Evita las prendas ajustadas o de tela muy fina con colores oscuros y las fibras sintéticas. Lo mejor son las prendas ligeras de algodón, lino o seda. Protege tu cabeza con un sombrero de paja o gorra y opta por un calzado fresco y cómodo. Está comprobado que la mejor prenda no es la de color blanco, si es ropa oscura por fuera y clara por dentro mejor.
Antes de salir de casa o cuando estés pasando calor, humedece las zonas donde las venas pasan más cerca de la piel (cuello, muñecas, tobillos…). De ese modo enfriarás la sangre y la temperatura corporal bajará rápidamente.
Comida: Las comidas muy calientes o excesivamente grasientas elevan la temperatura del cuerpo, sustituye las frituras por otros tipos de cocción o por platos fríos. Para el calor lo mejor son los alimentos vegetales crudos, como ensaladas o frutas. Estos alimentos nos ayudarán a recuperar las sales perdidas a través del sudor. Si el calor te hace perder el apetito lo mejor, si tienes ocasión, es un chapuzón. Si no tienes forma, puedes optar por una ducha refrescante.

Hogar siempre fresco: Durante el día deja todas las persianas bajas para que no entre el calor. Recuerda que la humedad aumenta la sensación de calor, así que evita hervir alimentos o poner ropa a secar dentro de casa los días más calurosos. Recuerda que todas las fuentes de calor (horno, bombillas, secadora) colaborarán en la subida de temperatura. Las plantas, por el contrario, refrescan el ambiente y lo oxigenan.
Noches de verano: Si puedes permitírtelo, cierra durante el día la habitación en la que vayas a dormir, ventanas incluídas. Cuando llegue la noche podrás abrir las ventanas para que entre aire fresco, si colocas un ventilador cerca de la ventana, facilitará el flujo de aire. También una ducha refrescante antes de dormir te ayudará a conciliar mejor el sueño. Si el calor no te da tregua, humedécete con una toalla mojada y enciende el ventilador. La combinación de las dos cosas resultará muy refrescante.
Aire acondicionado y ventilador: Hay muchos motivos por los que desaconsejar el aire acondicionado: consume mucha energía, puede ser perjudicial para nuestra salud, afecta la temperatura global de las zonas urbanizadas y altera nuestra capacidad natural para adaptarnos a las distintas estaciones del año. Sin embargo en nuestras ciudades se dan situaciones en las que el calor es demasiado elevado y tenemos que recurrir al aire acondicionado. En esos casos es importante no exagerar con su uso: ni es saludable tener una diferencia de temperatura superior a 12º con el exterior, ni es necesario estar a una temperatura inferior a 25º. Al principio puede parecerte que hace calor, pero en unos minutos tu cuerpo se aclimatará. Truco: si no tienes aire acondicionado en casa, coloca unas botellas de agua congelada frente al ventilador. El flujo de aire será mucho más fresco.
